Capítulo 20: El Boca de Cristiano

River, sostenido entre otras cosas por las buenas actuaciones de Iniesta,  estaba saliendo de la zona de descenso. Es verdad que el rendimiento de Andrés estaba mermando, sobretodo en defensa, que ya no recuperaba 20 pelotas por partido, pero eso se compensaba en gran medida con la vuelta a su nivel de Mascherano, El León.

El partido que venía era el más esperado, Los Millonarios tenían que visitar ni más ni menos que al Boca de Cristiano Ronaldo.

El Derby de la Ciudad, El Superclásico, El partido más importante de la Liga más importante del Mundo, era visto en directo por miles de millones de personas, cubierto por periodistas desde Toronto hasta Sidney.

Newells era el equipo sensación de la Liga, el más exitoso, pero nadie podía ganarle en  Popularidad al Boca de Cristiano Ronaldo. Y digo El Boca de Cristiano Ronaldo, porque Newells podía ser El Newells de Messi o de Mourinho, según la opinión de cada uno, pero nadie podía ignorar que Boca era de la Superestrella Lusitana. Incluso hoy, después de varios años, estoy seguro que hasta al hincha de Boca más fiel le costaría recordar el nombre del técnico o de algún otro jugador, ya no de la formación completa, como un fanático del fútbol de los 50’ o 60’ lograría hacer sin esfuerzo, con cualquier equipo histórico de su Club.

Argentina estaba convulsionada por el Portugués musculoso, de andar ampuloso y maneras exuberantes, que nunca pasaba desapercibido, los chicos se cortaban el pelo como él, se hacían sus tatuajes, subían a Internet fotos imitando sus gestos provocativos. Trataban de copiarlo al vestirse, los que podían, compraban sus mismas marcas, los que no, conseguían imitaciones muchas más baratas de su ropa de entrenamiento y de gala, en mercados al aire libre ilegales, “saladitas” que había esparcidas por toda Buenos Aires.

De pronto, la Ciudad y luego el País, se vio invadida por un ejército de Zombis imitadores del Portugués, a los que vulgarmente se llamaba Cristianos.

Los Cristianos eran en su mayoría chicos de clase baja (después de todo, Boca había nacido en la zona más pobre de la Ciudad para transformarse en uno de los equipos más populares del País) que veían en Cristiano un modelo a imitar, un niño humilde que había alcanzado la fama y el éxito en base a gambetas, goles y voluntad, una historia de vida muy inspiradora.

A diferencia de Messi o Iniesta, que parecían querer agradarles a todos y destacarse solo en el campo de juego, con una personalidad edulcorada y apta para todo público, Cristiano había sido el eje de muchas polémicas, parecía alimentarse de ellas, hacer crecer su imagen, su mito. Messi buscaba el consenso, Cristiano el conflicto. Enredos amorosos, choques de autos, excesos de alcohol, Cristiano había tenido de todo. No había espacio para Neutrales, el Mundo se dividía entre sus fanáticos y sus detractores.

Incluso los Políticos se habían ocupado de él. Ni bien los Cristianos comenzaron a invadir a la ciudad, muchos notaron que los carteristas, los arrebatadores e incluso los vulgares ladrones eran muchas veces “Cristianos”. No eran mendigos, no pedían una limosna, no buscaban solidaridad. Ellos venían a reclamar lo que era suyo, a arrebatarlo, a imponerse por la fuerza, como hacía su ídolo, el 7 de Boca.

Pronto se desató el debate. El Partido de Izquierda, el de la Rosa Celeste y Blanca, comenzó a decir que no estaba probada la correlación entre Los Cristianos y los Robos, pero si estuviera probada, la culpa no sería de los Cristianos, sino de Cristiano, y más precisamente del Capitalismo, que usaba a Cristiano como una especie de vidriera ambulante de Droga (entendiendo por Droga a los productos irresistibles, perecederos y adictivos, como es la moda), Los Cristianos eran solamente victimas que no podían contenerse, los saqueos irremediables.

Una Legisladora propuso que se le pagara a Cristiano una compensación por dejar publicitar marcas. Que Cristiano mostrara más su cuerpo, en lugar de remeras y camisas de 100 U$S, lo que equivalía a buena parte del salario mínimo, vital y móvil. Luego se determinó que eso tampoco era lo ideal, ya que Cristiano tenía su cuerpo tatuado con diversas marcas, por ejemplo la pipa de Nike, que se publicitarían de todas formas. Además mostrar en continuado un cuerpo tan torneado, tan esbelto, tan perfecto, redundaría en una obsesión por el físico, obsesión que traería aparejada más consumo: de gimnasio, de cirugías, de píldoras contra las grasas, de anabólicos. El Capitalismo ganaría de todas formas.

El Partido de Derecha, el de la Rosa Amarilla, lanzó prontamente una campaña publicitaria, financiada con Fondos de la Ciudad, en donde explicaba que se necesitaban “Más Cristos y Menos Cristianos”. Era un dibujo animado, en donde un Jesús atravesaba un amenazante ejército de Cristianos Zombies, sin nada que los identificara con el verdadero Cristiano, con sutiles diferencias, para no sufrir un juicio por calumnias e injurias, y conseguía convertirlos en Cristos, gente como él, que en lugar de robar, daban generosos regalos, comida y flores amarillas (no rosas amarillas, porque eso hubiera sido un escándalo, ya que era el símbolo del partido gobernante, flores amarillas indeterminadas). Lo extraño es que Jesús y Los Jesuses, eran bastante parecidos a Cristiano,  carilindos, musculosos, seductores, tenían túnicas, es verdad, pero estas era las túnicas más de una fiesta Étnica en Bevery Hills, que de un Profeta del Medio Oriente.

Los Chicos que estaban todo el día sentados enfrente de la Torre de Iniesta eran muy Cristianos. Andrés siempre los veía, con la remera alternativa de Boca, la rosa, con el 7 en la Espalda, arremangadas, para mostrar los bíceps prominentes, con sus gorritas, sus bermudas (aún en invierno) y sus zapatillas Nike violetas con cámara de aire. ¿Cuándo iban al Gimnasio?, si siempre estaban allí, se preguntaba.

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El partido de Iniesta contra Boca de Cristiano Ronaldo marcó el fin de la luna de miel de Iniesta con el público Argentino, que había comenzado contra San Lorenzo, aquel encuentro del gol al ángulo y las 20 pelotas recuperadas y se había prolongado por algunas semanas. Como dije, Iniesta ya no era Iniestarano hacía tiempo,  cada vez corría menos a los jugadores rivales, su interés en involucrarse en defensa parecía haber decaído, pero lo de aquel partido fue inaceptable, porque además era un Clásico y entonces se esperaba de él más sacrificio que nunca.

Cristiano Ronaldo arrancaba de espaldas de Mascherano e Iniesta en lugar de ensimarlo, de ir a buscarlo, lo esperaba atrás, como si marcar a semejante crack fuera solo responsabilidad de Mascherano y no de todo el equipo, él incluido. Mascherano lo corría desesperado, hacía su máximo esfuerzo, su cuerpo parecía que se desarmaba el aire, flameaba igual que esos muñecos inflables que ponen en la puerta de los estacionamientos para atraer clientes, pero nunca lo alcanzaba. Iniesta, en lugar de ir a su encuentro, se echaba para atrás, dándole más espacio. Parecía esperar que Mascherano hiciera todo solo, pero Mascherano no podía y tanto no podía podía, que lo expulsaron, luego de su cuarta o quinta falta violenta a Cristiano al borde del área.

El árbitro echó a Mascherano, pero más que el árbitro lo echó Iniesta condenándole al dejarlo solo. Los hinchas de River, todos, se pusieron de pie para despedir a su capitán, al León. Mascherano se dio vuelta y miró fijamente a Iniesta unos segundos, pero no le dijo nada, luego se sacó la banda de capitán de un tirón y se la dio a Cavenaghi.

Cristiano pateó el tiro libre y la clavó en el ángulo superior derecho, ante la impotencia arquero que se permaneció estático. Era quinto gol de Boca, el tercero del Portugués, que terminó ganando 6 a 2, con 4 del lusitano. La pelota pasó por encima de Iniesta, que ni atinó a saltar. Fue la última jugada del Español, Guardiola lo sacó enseguida para poner un mediocampista de contención, en un intento por cerrar el resultado, no quería comerse 10.

Era la peor derrota de River en la historia de los Superclásicos.

Cristiano fue llevado en andas, como un Torero en su tarde de gloria, los hinchas se quedaron vivándolo más de una hora luego de terminado el encuentro.

Iniesta había defraudado. ¿Dónde había quedado Iniestarano? Aquel personaje mitológico mezcla de genio y héroe que creíamos haber visto, sobretodo en aquel partido en Boedo, parecía solo una ilusión. Era claro para todos, que los Españoles poseían talento, técnica, pero su adaptación al fútbol Argentino era muy traumática. Tenían otra mentalidad. Estaban “hechos”, no tenían ese hambre de gloria de los Sudamericanos, ese fuego sagrado.

Nacían en un país en donde todo se daba por supuesto: la salud,  la educación, el transporte; en un país donde la energía era prácticamente gratis e infinita.  Nacían sin estimulo, sin motivación. No sabían lo que era tener que esforzarse por sobrevivir,  no sabían lo que era tener que transpirar, jornada tras jornada, por un pedazo de pan y un poco de querosene para la lámpara. Ok, ya no había lámparas de querosene, pero ustedes me entienden.

Nunca se iban a lanzar, con el último aliento, a bloquear una pelota, nunca iban a sentir que se les iba la vida por evitar un gol. Nunca iban a ser Mascherano.

Tal vez la condena de los países de avanzada como España es no tener grandes artistas, y el fútbol es un arte.

La España pobre pero caótica había dado a Cervantes, Unamuno, Lope de Vega,  García Lorca, Velázquez, Picasso, Dalí y tantos otros.

En cambio está Socialdemocracia tan prospera y prolija carecía por completo de este tipo de personajes, aunque no sé si los extrañaba.

Diario Olé

Mascherano: 8 – A pesar de que lo expulsaron se fue aplaudido. Fue el único jugador de River que estuvo a la altura del partido. Gran Capitán.
Iniesta: 1: El peor de la cancha. No atacó, ni defendió. De Iniestarano a IniestaNADA.

Tribuna Caliente

En el programa del lunes Marcelo lucía deprimido, cansado, taciturno. Recostado sobre la pelota cuya marca tenía que mostrar a cámara, miraba cada tanto su celular que estaba encima de la mesa, se acomodaba el pelo o la camisa, según dijeran las criticas de Twitter y escuchaba como Mariano y Fernando se peleaban.

Mariano: Al final parece que teníamos razón los que decíamos que Iniesta no podía hacer las dos cosas, que se tenía que concentrarse en lo que sabe, que es crear.
Fernando: Pero por favor! ¿Cómo no va a poder hacer las dos cosas si es profesional?
Mariano: Bueno, se ve que no puede.
Fernando: No puede porque tiene otra mentalidad, porque vienen de España con todo servido y creen que se las saben todos, que como esto es el tercer mundo no necesitan aprender nada y así les va.
Mariano: ¿Y Messi?
Fernando: Messi es un caso especial, porque además Messi es Argentino, pero fijate como le va a Messi cuando juega con estos en la Selección, no pasan Cuartos de Final, Por Favor!
Mariano: Yo insisto, si tu fuerte es crear, ponelo a crear, no a defender.
Fernando: Por favor!¿Cómo no van a poder hacer las dos cosas? Si ganan millones de dolares. Si no podía hacer las dos cosas, se hubiera quedado en España donde juegan parados, parecen partidos de ajedrez, esto es Argentina. Lo que pasa es que Los Europeos no quieren correr, porque están acostumbrados a la vida fácil, yo te digo, si soy técnico no traigo jugadores Europeos, prefiero un chico de inferiores que por lo menos se va a matar por la camiseta. ¿No pueden correr?, ¿Y cómo Mascherano puede? Por favor!

#IniestaNada