Capítulo 15: Doble Cinco

No sé cuantos tardó Guardiola en dejar de creer en Iniesta, si fueron 4,5 o 10 partidos, pero el público le había perdido la paciencia mucho antes. River estaba último, en zona de descenso, los nervios invadían a todos, aunque con el plantel que tenía nadie pensaba en perder la categoría en ese momento.

Guardiola no lo sacó a Iniesta, no podía tirar a la basura a un jugador que él mismo había traído por tantos millones de dólares, pero lo bajó de su idílica posición de 10, cerca del área rival, a la mitad de la cancha, para jugar al lado de Mascherano, en la laboriosa función de doble 5. Lo degradó de Ingeniero a Obrero, mandó a su Almirante a pelar papas al fondo el Barco.

El doble 5 era un esquema que estaba de moda en el Fútbol Argentino, ya que lo usaba el equipo del momento, el Newells de Mourinho y por herencia La Selección Argentina de Caruso Lombardi.

Es cierto, había habido otros dobles cincos famosos en la historia del Fútbol Local: Pirlo – Gago (Boca 2006-2010) ,Simeone – Mendieta (Racing 1997-2002) y el más famoso de todos, Redondo y el Propio Guardiola (River 1994/98), pero sin duda el esquema estaba revitalizado gracias al uso que le daban el entrenador Lusitano y el seleccionador Argentino.

Con el doble cinco en un lugar de tener un jugador defensivo (el 5) y otro de ataque (el 10), ambos se repartían las responsabilidades en los dos lados de la cancha.

Los defensores del doble 5 decían que si en lugar de uno defender y otro atacar, los dos hacían ambas cosas, se duplicaba la productividad.

Los detractores en cambio creían que obligar a un jugador con naturaleza defensiva a atacar y lo opuesto, a uno como Iniesta a defender, lo frustraba como persona y al final era tanta la energía desperdiciaba para hacer algo incompatible con su naturaleza, que no terminaba haciendo ninguna de las dos cosas. “Newells no juega bien por el doble cinco, juega bien a pesar del doble cinco, juegan bien por Messi, con Messi cualquier sistema funciona” “La Selección Española tiene a Messi y juega mal” “¿Vos viste lo que es La Selección Española? Iniesta es titular, Tampoco le pidas milagros”.

Los detractores del doble 5 creían que era una trampa desde el nombre. “¿Por qué se habla de doble 5 y no de doble 10?” “¿Por qué si teóricamente los dos van a defender como un 5 y atacar como un 10, no se le dice al menos doble 7,5?”Era evidente para estos detractores que lo único que se buscaba con el doble 5 era fortalecer el sistema defensivo, que ambos actuaran como 5 en defensa, sin importar lo que hicieran en ataque.

Iniesta jamás dudo en aceptar su nueva función en la cancha. Él era nuevo en el equipo y la indicación se la daba una gloria del club, que además había sido uno de los ídolos de su niñez, su modelo, Un Compatriota, que había nacido en un pueblo no muy lejos de su casa y había triunfado ni más ni menos que en River. Además ¿Cómo tomarían sus compañeros que un  recién llegado se negará a sacrificarse por el equipo?

Tal vez aceptar la nueva posición era parte del aprendizaje que él necesitaba hacer como jugador y que había venido a buscar a Argentina. Una chica que es reina de belleza de su pueblo no puede pretender ir a Hollywood y protagonizar en su primera película. En España estaba cómodo pero porque no tenía desafíos, se lo aplaudía hiciera lo que hiciera y se le dejaba hacer lo que quisiera.

Guardiola nunca habló de su nueva posición con Iniesta en privado. Espero al partido de práctica de los viernes y lo fue moviendo, cada vez más atrás, como el fotógrafo de la fiesta, que le indica a la gordita donde ponerse, hasta que queda afuera de la foto.

“Un poco más atrás, parate al lado de Masche, dividanse el medio” e Iniesta espero que Masche se corriera a alguno de los dos costados para elegir el otro, pero Mascherano siguió firme en el círculo central, así que, antes que Guardiola se enojara, retrocedió varios metros y se puso a su derecha.

Guardiola no era tonto, no probó el doble 5 en cualquier partido, no hubiera funcionado, espero que tocara un rival ofensivo, un rival al que pudiera esperar en campo propio para robarle la pelota y salir rápido de contra, como aquel San Lorenzo de Van Gaal.

El Entrenador Holandés formaba con Dos delanteros: Klose-Lavezzi; Tres Mediapuntas: Özil – Romagnoli- Muller y atrás un solo mediocampista defensivo, un solo 5, que no era ningún negado con la pelota, El Español Sergio Busquets.

Los defensores de San Lorenzo le daban la pelota a Busquets que molestado por los dos delanteros de River: Cavenaghi y El Chileno Alexis Sanchéz, trataba de entregársela a algunos de los 3 Mediapuntas. Ahí entraban en juego Mascherano e Iniesta. El primero en salir era Mascherano, Iniesta esperaba atrás más tímido, más estático, tratando de no dejar huecos, acostumbradose a su nuevo posición, intentando no incurrir en grandes errores.

Mascherano iba hacia delante con vehemencia, como un malón. Casi nunca robaba la pelota directamente, pero cansaba tanto a los rivales que los obligaba a equivocarse y está terminaba en los pie de alguno de sus compañeros, la mayoría de las veces Iniesta, como una botella que muere a los pies de alguien en la playa, luego de cumplir con su objetivo de cruzar el Océano.

El partido era parejo, San Lorenzo generaba peligro, pero también River en cada contraataque estaba cerca del gol. El nuevo Sistema parecía funcionar, de pronto River que iba último le hacía partido a uno de los mejores equipos del Campeonato.

Iniesta recurría a los pases largos y no intentaba pisar el área rival asociándose en corto con Cavenaghi y Alexis, porque se hacía de la pelota en campo  propio, tan lejos del portero rival, que apenas podía distinguir el arco y los delanteros de su equipo eran poco más que puntos. Correr hasta allí le parecía una aventura imposible y si iba y la perdía tenía que volver, para no descuidar sus responsabilidades defensivas, haciendo doble el periplo.

Además Iniesta no era precisamente un jugador rápido, no estaba adaptado al ritmo vertiginoso Argentino, si la idea era salir rápido de contraataque para encontrar desarmado al rival, que él trasladada el balón, dándole tiempo a reacomodarse, no tenía sentido. Iniesta daba un pase largo para Cavenaghi o Alexis y aunque intentará correr hacía ellos, la jugada terminaba antes que pudiera cruzar la mitad de la cancha.

Así y todo, cuando terminó el primer tiempo, Iniesta había completado sus mejores 45 minutos hasta entonces en River, había robado muchísimas pelotas, es cierto, gracias a la entrega de Mascherano y una vez con el balón en sus pies había conseguido armar varias jugadas de peligro, asistiendo a Cavenaghi y Alexis Sánchez, que lamentablemente estaban muy erráticos.

“Bien Masche, sos un León” “Bien Andrés, seguí así, corta y juga rápido con Cave o Alexis” “Vamos chicos, bien eh, sigamos así, concentrados, defendamos a muerte que alguna arriba vamos a tener. Hoy nos llevamos los 3 puntos”.

El partido siguió igual en el segundo tiempo, con San Lorenzo atacando y River esperando y tratando de salir de contraataque. A medida que pasaban los minutos el público local se iba impacientando. ¿Cómo era posible que no le ganaran al último de la tabla? Seguramente iban a ser dos puntos costosos al final del Campeonato.

Van Gaal salió del banco de suplentes y comenzó a darle indicaciones a los gritos a sus dirigidos, mientras anotaba cosas en una pequeña libreta. Pronto se impacientó, sus jugadores parecían no responder y seguían jugando de la misma manera, así que en menos 5 minutos cambió a sus laterales por dos extremos.

San Lorenzo intentó llevarse por encima a River, atacándolo con 7 jugadores entre delanteros y Mediapuntas, solo defendían Busquets y los 2 centrales, Iván Ramiro Córdoba y Coloccini, pero al amontonarse tanto jugadores, había muy pocos espacios y todo era muy previsible.

El equipo de Boedo chocaba una y otra vez contra la defensa de River, que aquel partido parecía un muro. En el segundo tiempo, aún con tantos jugadores de ataque, ni siquiera creaba situaciones. Mascherano seguía corriendo a los mediocampistas rivales, infatigable, obligándoles a tropezarse, a dar un mal pase, a perder la pelota en los pies de alguno de sus compañeros.

Y llegamos al minuto 40, Busquets toma la pelota cerca del círculo central, Masche lo persigue, se le va larga y le queda a Inesta, que lo esquiva con un gran control. Andrés comienza a correr con el balón, rumbo al arco rival, delante de él solo tiene a Cavenaghi y a Alexis, cada uno marcado por un Central rival. Iniesta sigue corriendo solo sin ver un pase claro, 10, 20, 30, 40 m. Llega a la medialuna del área de San Lorenzo, los Delanteros piden desesperadamente el pase, pero están marcados, los Defensores se abren para no dejarlos solos descuidándo a Andrés. Iniesta sigue sin ver el pase, no los puede dejar solos frente al arco ni a Alexis ni a Cavenaghi y aún solos ya habían errado varios goles, sigue 1 m más, va a entrar al área, mira al arco por última vez, junta coraje y saca un remate con todas sus fuerzas. La pelota va al ángulo, el arquero, Peter Cesc, se estira, pero lo único que consigue es hacer más espectacular el tiro,GOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL!!!!!

Iniesta sigue corriendo por Inercia,  llega hasta la línea de fondo y cae de rodillas, con los brazos para costados y el torso hacía atrás, exhausto, como el Sargento Elias en Pelotón. Los gritos de 1000 hinchas de River inundan el Estadio. Nadie lo abraza, Alexis y Cavenaghi, ambos, se quedan parados lanzando maldiciones al aire, el resto de los jugadores de River están muy lejos, atrás de la mitad de la cancha.

Guardiola se vuelve loco, lanza una botella de agua mineral al suelo y se mancha el traje Armani. Mascherano levanta un puño al cielo, festeja su propio esfuerzo, de un robo inicial suyo se inició la jugada. Siente que cumplió su labor como capitán, dando el ejemplo, cambiando el ánimo, la mentalidad de su equipo, así había que jugar, con esa entrega.

Van Gaal anota algo en la libreta, probablemente sobre Iniesta. Incluso creo que murmura su nombre maldiciendo pero en un  Castellano confuso, primitivo y enseguida hace su último cambio, sale Busquets por Dirk Kuyt.

El partido sigue como un mero trámite burocrático, es imposible para San Lorenzo empatar, queda muy poco tiempo y ya no creen en sí mismos.

El árbitro marca el final, En el Palco de Prensa todos los Periodistas, que habían gritado el gol conmigo, me felicitan por el partidazo que había jugado Iniesta como si fuera el Padre o su Representante. “Te pasaste gordo, te pasaste, la verdad que yo lo daba por muerto, pero jugando así va a hacer historia”.

Por primera vez en mucho tiempo los jugadores de River se toman un tiempo para saludarse dentro de la cancha, en lugar de huir hacía el vestuario dispersos. Todos lucen muy contentos. Guardiola los mira orgulloso, por un momento, parado al lado del banco de suplentes y luego va hacía al túnel.

Termino mi gaseosa y mi choripán y bajo tranquilo al vestuario. Todos los periodistas rodean a Iniesta, compiten entre ellos, a veces hasta físicamente, para ver quién puede mostrar mejor el logo de su micrófono ante las cámaras o colar más preguntas en la conferencia de prensa improvisada. Yo espero a un costado apoyado en un armario, no tengo prisa, no estoy allí como Profesional sino para felicitar a mi  amigo.

El resto de los jugadores pasan desapercibidos pero lucen felices, lo importante era ganar, como sea, la cotización de todos baja en un equipo que está último. Un periodista dialoga con Guardiola, pero el tema es otra vez Iniesta, lo felicita por haberlo contratado y le pregunta si de ahora en más veremos a este, el verdadero Andrés.

Mascherano ya bañado y  cambiado, navega con su celular por distintas páginas Internet que hablan del partido, un bolso negro de buen tamaño le cruza el hombro, repleto de ropa sucia y artículos de higiene personal.

De pronto se detiene en una página web que muestra una especie de cuadro estadístico. Mira incrédulo una y otra vez, niega con la cabeza, se muerde los labios, levanta la vista y observa por unos segundos a Iniesta, triunfante, sonriente, rodeada de decenas de periodistas que obsecuentemente lo elogian, apaga el celular, lo tira con  bronca dentro del bolso y se va.