martes, 27 de mayo de 2014

Capítulos 30: Mad Men en Equipo de Gimnasia

Caímos en lo de Iniesta a ver la Champions con 2 docenas de facturas y 2 Cindors de litro. Iniesta ya no parecía angustiado por las migas que caían al piso. Es más, comía acostado, llenándose de azúcar y pedazos de medialuna la remera, pero ni siquiera lo notaba, algo había cambiado.


Durante el partido la charla fue amena, ambos añorábamos La Champions, nunca sería la Libertadores,  pero tenía el color, el aroma de nuestra patria, de nuestra infancia. Ya el himno nos emocionaba, ver a los equipos formados, la propaganda de Heineken.


Recuerdo que era un Barcelona – Arsenal. En el Barsa volvía, luego de un largo paso por distintas Ligas de América, Samuel E’Too. Todo el estadio aplaudía de pie, al ya veterano delantero Camerunés, que tantos goles había hecho para el equipo blaugrana cuando joven. Al Arsenal lo dirigía Wenger, un gran técnico, un maestro, al que los títulos le eran esquivos. Vivían formando fantásticos jugadores, que emigraban incesantemente al nuevo continente, antes que él pudiera consolidar su gran equipo. El hombre, como muchos de nosotros, era víctima de su propio éxito.

Marcelo jugaba con su celular, mandaba mensajes, contestaba twitts, no lucía muy interesado en el partido.

Iniesta, en cambio, que parecía haber pasado días sin levantarse del sillón, se convulsionaba cuando la pelota llegaba al área y cabeceaba el aire o pateaba la mesa ratona, intentando mover la pelota que veía a través de la pantalla.

Cuando terminó el partido comenzó un programa de espectáculos, no nos interesaba, pero nadie se atrevió a levantarse y cambiar de canal y  el volumen del televisor, que estaba muy alto (durante el partido no lo habíamos notado), hacía imposible no prestarle atención.

Una de las invitadas era una modelo/actriz muy exuberante llamada Jesica. Jesica se estaba haciendo famosa a base de escándalos: Novios importantes, problemas de drogas y alcohol, falta de profesionalismo en su carrera, en fin, lo clásico. Iniesta parecía hipnotizado, por esa mujer alta, que parecía duplicarlo en peso.

“¿Te gusta?”, “¿Queres que la llame?, tengo el número”
“Nooooooo!”
“Dale, la llamo, si estas lisiado, no tenes nada que hacer”
“No, por favor”
Marcelo comenzó a mandarle mensajes por Whatapps.
La chica tomaba el celular en cámara y contestaba, mientras escuchaba las preguntas de los panelistas. Iniesta se ponía nervioso, transpiraba y nos pedía por favor que termináramos. Marcelo nos leía los mensajes en voz alta:
“Si, yo soy Marcelo, pero te escribo de parte de Iniesta”
“¿Y por qué no me escribe Iniesta?”
“Por qué se le rompió el celular, pero te quiere invitar a una fiesta, después del programa”
“Bueno, que me llame después del programa”
“Ok, pero mándale un saludito, que te está viendo y necesita cariño, está lesionado”.
Jesica saludó a cámara sonriendo, mientras alguien indagaba sobre un supuesto aborto que se había hecho, luego de quedar embarazada por el primer mandatario de un país vecino. El conductor, desconcertado, le preguntó que estaba haciendo. “Saludo a mi público”. Todos rieron.

Cuando terminó el programa, fui al baño y a escondidas la llamé. Era fácil hacerme pasar por Iniesta, para los Argentinos todos los Gallegos sonamos igual. Ellos no distinguen Galicia del País Vasco, Andalucía de Cataluña.

Le dije que necesitaba mimos, que estaba enfermucho, me preguntó si seguía saliendo con Vicky, al parecer la conocía, “Nada que ver”, “Menos mal”, “Ah, si podes trae alguna amiga linda, que estoy con Marcelo e Iraioz y capaz cae algún jugador más” “¿De River?” “Si” “Ok, pero que sean conocidos, cuando me prometen jugadores, después siempre terminan siendo de la B o chicos de la reserva, yo no les llevo Promotoras”.

En dos horas teníamos a las chicas tocando el timbre. Eran 4, todas muy lindas, Jesica y 3 bailarinas que trabajaban con ellas en el teatro de revistas. Las bailarinas no eran ni más feas ni más lindas que Jesica, pero les faltaban algunos escándalos para aparecer en la marquesina del Teatro. Eran iguales, el mismo pelo rubio platino, la misma nariz respingada, las mismas tetas voluptuosas, literalmente las mismas, hechas incluso, por el mismo cirujano plástico, aunque  eso sí, pagadas por señores distintos.

 Jesica se fue con Iniesta, sentada al borde del sillón, tirada contra su costado, mientras él seguía recostado. Con una mano le acariciaba el pelo y con la otra guía la mano de Iniesta por sus largas y fibrosas piernas, muy suavemente. Iniesta era casi una marioneta, su cara estaba inmóvil, no podía ver otra cosa que esas enormes tetas, sus pómulos lucían enrojecidos.
Nosotros éramos 2 contra 3, las chicas tradicionales, no querían jugar en desventaja, necesitábamos a alguien más.  Además le habíamos prometido otros jugadores, y yo era arquero suplente y Marcelo Periodista. Comenzó a darse una carrera muy loca, que duraría hasta casi el amanecer. Llamábamos mujeres y hombres alternativamente tratando de equiparar el número, pero nunca lo conseguíamos. Al final éramos tantos y de tantas tendencias sexuales, que no tenía sentido contar y lo dimos por empatado.

La basura se acumulaba en el piso, tan heterogénea como el público presente: Botellas de Fernet y Champage, Gaseosas varias, cajas de pizza y bandejas de Sushi y hasta los cartones de Cindor que habíamos llevados tirados al lado de una tortita negra que nadie se había querido comer, como siempre pasa.

Ni siquiera eran las 11 de la noche y las chicas correteaban entre nubes de humo, de tabaco o marihuana, en medio de ese departamento, de escasos y modernos muebles, que bien podía ser una oficina. Eramos Mad Man, un Mad Men postmoderno, sin tanto estilo, un Mad Men en equipo de gimnasia en lugar de traje, pero un Mad Men al fin.

Incluso había bajado el amigo gay de Vicky, Juanchi, recuerdo verlo pasar, abrazado con dos suplentes de Veléz, que habían sido promovidos hace poco a primera y todavía eran menores de edad. Un rato después, casi desnudo, se acercó a  Iniesta y le dijo al oído que no se preocupara, que él no le iba a decir nada a Vicky, que era la mejor fiesta en la que había estado en su vida y se fue antes de que Andrés le conteste, mientras la sábana que usaba como toga, se caía al piso.

Tenía buen culo Juanchi y depilado. Yo nunca estuve con un hombre, lo juro, pero hay futbolistas que después de tener tantas chicas, sienten que tienen que experimentar con otra cosa, Juanchi había estado con varios. También el padre, Carlos, ese le daba a todo, hombres y mujeres, se decía que fue quien le  había “firmado” el primer contrato a Mascherano, cuando Mascherano tenía 18 años. Era un rumor. Igual de los rumores en el mundo del fútbol hay que descreer, la mayoría son mentira, pero.

Honestamente fue una gran fiesta. Mucho sexo, droga, Rock and Roll. Bueno Rock and Roll no sé, porque siempre me olvido que música pasaron el día anterior, me acuerdo de imágenes, de flashes, pero la música se me escapa.

De droga había de todo, extasis, ketamina, pero sobretodo Cocaína y Marihuana, a veces juntas.

En un momento de lucidez me acerqué a Iniesta y le dije que se tomará una pastilla de ProMaOff. La Pastilla del día después de la Marihuana, que había salido hace poco y era furor entre los futbolistas y también tomaban por ejemplo, los profesionales que se habían fumado un porro en los últimos días y de repente tenían que hacer un preocupacional para el trabajo o algún test físico por el estilo.

No resultaba extraño coincidir con la misma gente en la Farmacia, a la noche comprando Sildenafil y a la mañana siguiente ProMaOff o la Pastilla del Día después. Era como encontrarse con alguien En la Panadería o en la Fabrica de Pastas, un Domingo, después de verse en Misa. Lo típico.
No sabía si Andrés había fumado, él casi no podía hablar ya, pero solo estar ahí y aspirar el humo era peligroso. Me aseguré que tomara la pastilla y me fui.

Me desperté al día siguiente, de alguna forma había llegado a mi casa, pero no sabía cómo.

Llamé para avisar que no iba a entrenar, estaba descompuesto, a nadie le interesaba, era el arquero suplente, "No te preocupes, que te mejores".


2 comentarios:

  1. Como dije ayer, ojala Iniesta no se desvíe del camino, hay que tener fe

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  2. Justo ayer terminó Mad Men, me quería olvidar, entro acá y me clavas un puñal. Groso igual!

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